Lentes graduadas antiguas con una montura nueva: ¿es posible esta combinación?

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Si ya no le gusta su montura de gafas pero las lentes todavía le sirven, ¿cómo puede ayudarle su óptico en la búsqueda de un nuevo modelo?
La moda cambia cada vez más rápido. Y no solo lo hacen la ropa y los zapatos, sino también las monturas de las gafas. Si los modelos finos eran el producto que aceleraba el pulso de los usuarios hace dos años, ahora son las monturas anchas las que están de moda. Quién sabe qué se llevará el año que viene. Pero eso no significa que haya que comprarse unas gafas nuevas cada vez. En algunos casos, el óptico puede colocar las lentes de sus gafas, con las que ve perfectamente, en una montura nueva.
La moda cambia con tanta rapidez que a veces no es fácil seguirla. Si la ropa de colores llamativos es la máxima tendencia un año, no pasa mucho tiempo hasta que estas prendas empiezan a ser desechadas. Pero esto no ocurre solamente con los vaqueros, vestidos, blusas, camisas y zapatos. Las monturas de las gafas son otro accesorio objeto de nuevas tendencias. Por eso suele pasar que, de repente, no nos guste el modelo de gafas que llevamos. ¿Significa eso que hay que comprarse unas gafas nuevas? «En determinadas ocasiones, es posible poner las antiguas lentes graduadas en una montura nueva», nos cuenta Heike Rudolph, óptica de la Niemand Optik de Berlín Charlottenburg.

Determinados datos, conocidos como datos de centrado, juegan un papel muy importante en estos casos. Con el fin de aprovechar al máximo las prestaciones de unas lentes graduadas modernas, el punto exacto de la perspectiva debe fijarse con precisión. Cada vez más frecuentemente, dicha precisión exige la implementación de tecnología punta, como sistemas de medición muy sofisticados, por ejemplo los modernos sistemas de centrado o el revolucionario sistema i.Profiler system de ZEISS.

Las lentes graduadas modernas sonmedidas y customizadas individualmente, como la lente monofocal Clarlet Individual o la lente progresiva ZEISS Progressive Individuell 2.

Con el fin de aprovechar al máximo las prestaciones ópticas de unas lentes graduadas individualizadas, el óptico registra la siguiente información de centrado: la distancia entre el centro de la pupila y el centro de la montura, la distancia entre el borde inferior de la montura y el centro de la pupila, la distancia entre la superficie posterior de la lente y el punto más sobresaliente de la córnea, el ángulo entre la superficie de la lente y la línea vertical de visión (término técnico: inclinación), así como el ángulo entre la superficie de la lente y la línea horizontal de visión (conocida como curvatura). Con esta extensa lista de datos de centrado se hace patente la extraordinaria sensibilidad de las lentes graduadas modernas y la importancia de la compenetración de ojos, lentes y montura. El cambio de las «antiguas» lentes individualizadas a una montura nueva es posible únicamente en algunos casos. La colocación de lentes graduadas usadas en monturas nuevas puede funcionar con mayor probabilidad si se trata de lentes monofocales estándar, ya que solo la distancia interpupilar debe ser idéntica. En el caso de las lentes monofocales estándar, los demás datos de centrado no suelen ser necesarios. «Por supuesto, las dioptrías de las lentes graduadas también juegan un papel importante», nos comenta la experta Heike Rudolph. «Cuanto mayor sea el efecto óptico de una lente graduada, menor será el nivel de tolerancia en la producción de las gafas».

Las lentes progresivas son más problemáticas. «Por desgracia, las tolerancias están más restringidas, ya que, a pesar de ser muy pequeñas, estas lentes deben facilitar una visión precisa a media y larga distancia», comenta Heike Rudolph. Por este motivo, las lentes progresivas son una obra maestra de la técnica: no solo deben corregir al mismo tiempo la miopía, la hipermetropía y la presbicia, sino también facilitar la visión nítida a todas las distancias. «En este caso, solo existen algunos casos en los que es posible colocar las antiguas lentes graduadas en una montura nueva», comenta la óptica de Berlín.

La calidad de las lentes progresivas es un factor más a tener en cuenta. Deben ser resistentes a los arañazos, ya que su reajuste supone someterlas a más presión. La inserción de nuevas lentes graduadas en monturas antiguas, por el contrario, no supone ningún tipo de problema. Cualquiera que haya encontrado una montura que le quede perfectamente y con las que se sienta bien puede pedirle a su óptico que le inserte lentes graduadas nuevas. Si el material se ha conservado en buen estado, no debe haber ningún problema.